Los autónomos, uno de los sectores más castigados por la subida de la presión fiscal, ya acusan los efectos del aumento de los impuestos que el Gobierno aprobó antes de Navidad.
Son uno de los sectores más castigados por la subida de la presión fiscal. Los autónomos ya acusan los efectos del aumento de los impuestos que el Gobierno aprobó antes de Navidad. Y es que el colectivo se enfrenta desde primeros de este año a la subida del 2% de la cuota mínima a la Seguridad Social, que ha pasado de 256,72 euros mensuales a 261,83. La base máxima, además, también se ha incrementado un 5%, de forma que el monto total puede superar los 950 euros. Pero el cambio más significativo lo han experimentado las empresas con más de diez trabajadores y también los autónomos societarios, que desde enero deben acogerse a la base del Régimen General, lo que implica un pago adicional al mes cercano a los 60 euros.
Con tanto incremento de impuestos las consecuencias parecen inevitables y eso que 2013 marcó un cambio de tendencia. Tras un cierre de año en positivo (Castellón acabó el 2013 con 10.006 altas de trabajadores por cuenta propia, frente a 9.851 bajas), los números de los primeros tres meses de este año vuelven a ser negativos. De enero a marzo, y siempre según datos de la Seguridad Social recopilados por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), se registraron en la provincia 2.382 altas frente a 2.413 bajas de profesionales. Otra vez en la senda decreciente.
En Castellón se cuentan por decenas los autónomos a los que les sigue costando llegar a fin de mes. Los hermanos Martínez son unos de ellos. Regentan un comercio en la capital y todos han optado por bajarse el sueldo para asumir de su bolsillo la diferencia de las tasas que se les exige. “Llevo trabajando desde que tenía 24 años y nos ponen la zancadilla. Tenemos un negocio pequeño, pero por ser autónomos pagamos más de 900 euros. Ha subido la luz, el agua… todo”, se lamenta uno de los hermanos, que se pregunta cuánto habría que facturar para compensar los gastos. En su caso, y como casi todo el mundo en el sector comercial, lleva padeciendo la caída de las ventas a consecuencia de la crisis.
La asfixia que el colectivo sufre ha provocado que aumente la economía sumergida. De ahí que desde colectivos como la asociación de autónomos ATA se considere necesario impulsar “medidas contundentes para lograr la continuidad de las empresas” y, de esta forma, acabar con la “competencia desleal”. “Hay que eliminar la presión fiscal que soportamos y permitir adecuar las cotizaciones y el IRPF a los ingresos reales”, explican en ATA.