La toma de decisiones de forma aislada por parte de los departamentos operativos pueden comprometer la salud financiera de la empresa.
DATISA ha mostrado algunas de las principales claves para que las pequeñas y medianas empresas puedan gozar de una buena salud financiera. Lo ha hecho en el encuentro profesional, Iniciativa Pymes 2014 celebrado la semana pasada en Madrid.
Pablo Couso, consultor senior de DATISA, asegura que “en el ámbito de la pyme se tiende a identificar gestión comercial y gestión de ventas. Sin embargo, esta concepción, bastante simplista, es además, muy peligrosa pues no es una identidad correcta. Por lo tanto, si partimos de este enfoque equivocado, la consecuencia es que también se van a producir errores sustanciales en el diseño de los planes de acción”.
Las decisiones operativas afectan directamente a los componentes principales del circulante de la empresa: saldos deudores de clientes, stock, y tesorería. Lo que significa que las decisiones de los departamentos operativos (compras, ventas, almacén, producción, …), tienen un profundo impacto financiero en la gestión, y que una mala decisión sobre por ejemplo qué o cómo comprar, puede acabar con la buena salud financiera de la empresa.
La rigidez del pasivo y los problemas financieros
El consultor de DATISA identificó la rigidez natural del pasivo como otra de las causas principales de los problemas financieros relacionados con la actividad comercial. En este sentido, apuntó que la clave para evitar los déficits financieros y los acumulados de déficits está en que las pequeñas y medianas empresas sean capaces de dotarse de las herramientas necesarias que les permitan hacer un seguimiento proactivo de lo que sucede en el circulante y, de esta forma, ganar margen para superar las rigideces del pasivo.
Planificar para mejorar la calidad de la gestión empresarial
Una sólida planificación financiera permite a las pymes obtener una buena salud empresarial. Pero la planificación debe hacerse estableciendo unos determinados mecanismos de control que sean capaces de “vigilar” el comportamiento de la actividad comercial en sus dos dimensiones (operativa y financiera).
Desde el punto de vista operativo, hay que cerciorarse de que se cumplen los objetivos departamentales y las directrices estratégicas de la empresa. Y desde el punto de financiero, es necesario establecer herramientas y procedimientos que permitan generar y aprovechar la documentación necesaria para ejercer el control pertinente. Cabe destacar, los presupuestos contables, los presupuestos de tesorería, los ratios como punto de referencia y la contabilidad analítica, entre otros, como instrumentos de valor añadido en este sentido.
Fuente: ticpymes.es